Habia una vez un shinigami
feo que queria un beso de su amada y preciada ranita de color rojo
pasion que esperaba cada noche para convertirse en una shinigami guapa
cuyo cuerpo era lo mas bonito y exremadamente bella. Un gran dia pensó
que si secuestraba a doraimon le daría con el palo de una sucia escoba
con extrañas incustraciones y ostentosas formas para luego poder
tener un incesante placer al machacar la podre ardilla de los reinos se esconderia de otro shinigami que era un poco
sadico y tenia un latigo fustigador para usarlo con aqua bandique que paralizaba a quien la tocaba con su latigo fustigador.
Pero tenia un gran problema que le perdía, por que su gran error era dejarlo no le permitía dormir tranquilamente con un martillo y...
Si, ha dejado de tener sentido hace muuucho tiempo.